El extraordinario empuje manifestado por el comercio electrónico ha revolucionado las expectativas mercantiles de pequeños empresarios como tú, tradicionalmente ceñidos en vuestro ámbito de negocio al entorno local inmediato. Este fenómeno está generando una corriente favorable a asociar el establecimiento físico con una tienda online que permita alcanzar a potenciales clientes sin el corsé de los horarios de apertura o la lejanía al punto de venta. Bajo tales circunstancias, resulta innegociable el diseño de una página web donde ubiques tu tienda virtual. Para ello, dispones de sencillísimas herramientas como el gestor de contenidos WordPress, que te guiará paso a paso en el diseño y mantenimiento de la web y el software de moda PrestaShop, líder en su género para tiendas online y dotado de gran flexibilidad, que allanarán tu aventura como comerciante digital.
Puedes barajar también la posibilidad intermedia de contar solamente con una página sin tienda online, como vía para divulgar tu negocio y fomentar las visitas a tu comercio, pero, ya puestos, te conviene montar toda la estructura necesaria para convertir esa web en una plataforma de compraventa. Con ella obtendrás la ventaja del pago por adelantado, incluso antes de que el producto haya salido del almacén; además, ten en cuenta que puedes mantener activa tu oferta las 24 horas de los 365 días del año.
En ningún modo deberías caer en la tentación, una vez introducido en el comercio electrónico, de descuidar tu tienda física por volcarte en la gestión de la virtual. De lo que se trata es de buscar esa sinergia, ese complemento mutuo, que expanda tu espectro de clientes hasta ahora limitado.
Y recuerda dedicarle tiempo al posicionamiento en buscadores y a divulgar tu tienda online en redes sociales. Si no crees poder prestar la atención suficiente a esta parcela fundamental, deposítala en manos de profesionales que sepan cómo atraer tráfico hacia tu web y proporcionarte nuevos clientes.